Por Gustavo Insaurralde
Esta semana fue anunciado que la Comisión de la Plataforma del Límite Exterior de Naciones Unidas ha confirmado la posición del límite de la plataforma marítima argentina, hasta ahora de 1700 km2. A diferencia del anuncio del año pasado, donde se reconoció los limites planteados por la COPLA (Comisión de la Plataforma del Limite Exterior de Argentina, dependiente de Cancillería) bajo la Convemar (Convención de Naciones Unidas para los Derechos del Mar), esta vez se complementó la visión del año pasado reconociendo la demarcación argentina sobre puntos conflictivos como ciertas líneas cercanas con el límite con Uruguay.
El anuncio fue realizado por la propia Canciller junto con la presidenta de la COPLA, Frida Armas Pfirter y la subsecretaria de Malvinas y Atlántico Sur, María Teresa Kralikas. La primera reconoció el carácter de política de estado de las tareas realizadas por la propia comisión, a su vez que Kralikas reconoció la importancia de la declaración de Naciones Unidas en la medida que se hizo lugar a la posición argentina sobre esos espacios, especialmente en el área de hidrocarburos y explotación pesquera.
La confirmación de la Plataforma Continental abre una serie de interrogantes a la hora de analizar el proceso de formación de la PEA. Teniendo en cuenta las cuantiosas oportunidades que se abren a partir de este dictamen, uno de los principales déficits de la política exterior argentinas es la gobernanza marítima. Durante la administración de Fernández de Kirchner, se proveyó de un plan de gobernanza basado en el sistema de ciencia y tecnología llamado “Pampa Azul”. Este programa anunciaba la formación de un plan de innovación mediante la formación de recursos humanos científicos en el tema. Este programa era similar al de la Amazonia Azul de Brasil. No obstante, su principal diferencia residía en que la política hacia el mar brasilera tiende directamente a la protección de los hidrocarburos -acompañada por una política de rearme en submarinos nucleares- Este programa, luego de anunciado, no fue continuado.
Por otro lado, Malvinas es otra temática relacionada a esta demarcación. Este tipo de anuncios impulsan el reclamo argentino de las islas, especialmente si el reclamo sigue el curso tradicional, es decir, el conflicto con Reino Unido canalizado multilateralmente en Naciones Unidas. Esto constriñe el tema en la esfera institucional y dota al tema de certitud, al menos de que el tema sea tratado en tales espacios.
De esta manera, el anuncio abre grandes expectativas y oportunidades en el campo científico, tecnológico y económico. Como contraparte, genera grandes interrogantes pero, sobre todo, demanda modificaciones en la aproximación a lo internacional que posee nuestro país.