Por Lilian Berardi
Siguiendo a Simonoff (2017) podemos señalar que la administración de Mauricio Macri inscribió su gestión en sintonía con un alineamiento con Occidente, lo que ha llamado una orientación “occidentalista” o “globalista”. En tal sentido se habla de “un giro de 180 grados” con respecto a los vínculos con las potencias tradicionales (Estados Unidos y Europa Occidental) y que apunta a esos actores del poder mundial.
Algunos ejemplos de la vocación occidentalista son: la visita del presidente francés Françoise Hollande, la reunión con el primer ministro italiano Matteo Renzi, la visita de la Comisaria de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, y la visita oficial del presidente de los EE.UU. Barack Obama -el 24 de marzo de 2016-. También se puede señalar la participación de Macri en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, y en la Cumbre del Mercosur donde cuestionó a Venezuela. Además se puede destacar -en agosto de 2017- la reunión de presidente argentino con el ministro de Economía del Reino Unido, Philip Hammond.
Otra orientación de la política exterior actual identificada por autores como Echaide (2016) es el perfil neoliberal de cara a insertarse en las relaciones económicas internacionales bajo las reglas del libre comercio liberal. Esto lo ha llevado a distanciarse de actores regionales como Bolivia y Venezuela, entre otros, y a acercarse –además de los países previamente mencionados- a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En sintonía con esta Política Exterior podemos observar que en el tratamiento hacia la cuestión Malvinas, en particular, hubo un giro en la estrategia. Esta modificación buscó cambiar la imagen exterior de la Argentina con el Reino Unido y bajar el tono de confrontación y dureza que caracterizó a la anterior gestión de Cristina Fernández. Al mismo tiempo, intentó instalar en la agenda bilateral todos los temas, incluyendo a Malvinas. Este mayor énfasis en la relación bilateral con el Reino Unido pareciera retomar el acercamiento producido en los años 90.
En este marco se firmó la Declaración Conjunta -13 septiembre de 2016- que menciona, entre otras cosas, renovar la relación en todos los campos y abarca un amplio espectro de temas que incluye consultas políticas de alto nivel; cooperación en ciencia y tecnología, derechos humanos, refugiados y cuestiones de género; fortalecer los vínculos en comercio e inversiones en ambas direcciones que nos beneficien mutuamente; el terrorismo y el crimen organizado; cooperar en materias de seguridad internacional, defensa y no proliferación; y además se incluyó la Cuestión Malvinas.
También, bajo esta política de deshielo hacia el Reino Unido - como se lo denomina desde el gobierno- mencionamos la reunión de Malcorra –en Bonn- con Boris Johnson, el ministro de Relaciones Exteriores del gobierno inglés (Clarín, 17/02/17). Como también los encuentros entre el actual canciller Jorge Faurie y el embajador británico, Mark Kent, que trataron varios temas de la agenda bilateral. Además, se incluyeron las cuestiones referidas a los vuelos a las Islas Malvinas y se consideró la reanudación de las actividades de cooperación científica para la conservación de los recursos pesqueros en el área del Atlántico Sudoccidental y la convocatoria de la próxima reunión del Subcomité Científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (CPAS) que tendrá lugar en mayo con la participación de delegaciones de funcionarios de los Ministerios de Relaciones Exteriores y expertos y científicos de ambos países (Comunicado de Cancillería, 15/03/18).
Puntualmente en el tema de las comunicaciones aéreas, ambos gobierno retomaron el diálogo sobre esta problemática –que estuvo paralizada durante la gestión de Fernández– y desde el ministro de Relaciones Exteriores se confirmó que existen siete empresas interesadas en ofrecer vuelos desde países de la región a las islas Malvinas, con escala en la Argentina: dos de Uruguay, dos de Chile y tres de Brasil (La Nación, 22/03/2018).
Con lo cual, ambos gobiernos acordaron dialogar y cooperar en todos los asuntos del Atlántico Sur de mutuo interés. Al respecto, señalamos que durante la Presidencia de Fernández estos asuntos representaron un motivo de conflicto, mientras que la actual gestión busca destrabar y lograr acuerdos.
En concordancia con esta política y respecto a la cuestión humanitaria, indicamos que la gestión Macri continúo con lo pactado por su antecesor y avanzó en el proceso de identificación de los soldados. En este sentido, se llevo a cabo la misión técnica de evaluación por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) durante los meses de junio y julio de 2016, con los objetivos de exhumar las tumbas y analizar las muestras en el lugar junto a la documentación.
También se suscribió un Plan de Proyecto Humanitario, entre el vicecanciller Pedro Villagra Delgado, Alan Duncan, ministro de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones para Europa y las Américas, y Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, bajo la fórmula de salvaguardia de soberanía.
En relación a esta temática, se llevó a cabo un proceso de identificación de 90 ex combatientes, de las 121 que componen el cementerio de Darwin, que cuentan con sus correspondientes nombres y apellidos, encabezado por la Cancillería. Las identificaciones fueron enviadas a las islas el 4 de marzo del corriente año con el objetivo de ser instaladas antes de la llegada de los familiares.
Con lo cual, el giro del gobierno de Macri hacia la Cuestión Malvinas se focaliza en su política de acercamiento con el Reino Unido en un contexto de occidentalismo, que busca generar instancias de diálogo y entendimiento en todas las áreas que se presentaban como problemáticas durante su antecesor. Esto le ha permitido destrabar negociaciones como las ligadas a las comunicaciones, pero también ha despertado importantes críticas, por ejemplo, en lo relativo a la cuestión de fondo que es el reclamo de soberanía.
1 En esta tarea también interviene el equipo argentino de Antropología Forense, el laboratorio de Genética Forense de Lancashire, Reino Unido, el laboratorio de Genérica Lidmo, de la ciudad de Córdoba, Argentina, y el Servicio de Genética Forense del Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela, cuya labor consiste en realizar una doble comparación cruzada y a ciegas con las muestras de ADN Además, de acuerdo a lo estipulado, las partes no pueden dar a conocer a terceros ningún dato personal usado en el proceso, por ninguna causa. Tampoco se permitirá la presencia de medios de comunicación en el sitio de trabajo, en ninguna etapa del mismo.
2 Con fecha de 20 de diciembre de 2016.
3 Asume tras la renuncia de Carlos Foradori, el 14 de diciembre 2016.
4 Informe OPEA 468, desde 22/04/2018 al 28/04/2018. Observatorio de Política Exterior Argentina. Disponible en: opeargntina.org