Por Florencia Bonanno
En este último tiempo, la República Argentina volvió a ser el centro del escenario internacional. Durante el transcurso de 2018, el peso argentino perdió más de la mitad de su valor y el fantasma de la devaluación de la moneda nacional, junto al de la incertidumbre, rondan las calles. En comparación al 30 de agosto de 2017, cuando el dólar se mantenía en $17.66, el aumento de la divisa ha sido de un 125.3%. Si además observamos, los ochos meses transcurridos desde el inicio de este año, el dólar se encareció 110,3% y llegó a alcanzar una cotización de $42,1 con una tasa de interés del 60% (BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA) y una subida de encaje de 5 puntos. Si realizamos un análisis de la crisis de nuestro país, los factores son numerosos. Sin embargo, podemos citar como disruptivo el discurso realizado por el Presidente Mauricio Macri durante el día miércoles 29 de agosto. Este último, tenía como objetivo transmitir un mensaje de calma tanto a la sociedad como a los mercados, sosteniendo que se había llegado a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el adelanto de fondos, en vistas de poder recuperar la confianza, media hora antes de la apertura de los mercados. ¿Las consecuencias? un alza inmediata en el mercado y la caída de las acciones argentinas en Wall Street de hasta un 10%, en algunos casos (RAVA BURSÁTIL), debido a que no se especificaron detalles del programa financiero a seguir en 2019, ni los supuestos de “time spread” de deuda en el mercado, ni de cuánto serán los desembolsos que el gobierno realizará, entre otros. Todo esto deja dudas de que el financiamiento pre-acordado con el FMI pueda llegar a satisfacer las necesidades de divisas. Las declaraciones del Jefe de Gabinete argentino, Marcos Peña, y el anuncio de que el Poder Ejecutivo acelerará una reducción del déficit fiscal en un nuevo intento de la administración Macri por calmar las aguas, tampoco fueron suficientes para los mercados.
Otra consideración a tener en cuenta, es que el escenario internacional 2018 tampoco fue favorable al político-económico argentino, sesgado por la incertidumbre y la volatilidad. Las decisiones tomadas por la administración Trump respecto al acero y el aluminio con un tinte proteccionista, no han sido menores como tampoco la suba de la tasa de interés internacional. Un primer ejemplo ha sido la guerra comercial con China, en donde nuestro país se ha visto afectado debido a que la política exterior de la administración Macri ha colocado a estos dos actores, como socios estratégicos. Un segundo ejemplo de gran envergadura, fue el desplome de la lira turca. Dicho mercado emergente, al igual que Argentina presenta un déficit en su cuenta corriente y ha atrapado su deuda en dólares, además de haber caído un 11% durante el mes de agosto de este año, arrastrando también a nuestro país. Éste último hecho repercutió fuertemente en el mercado argentino, ante el peligro de un efecto contagio, por lo que los inversores decidieron volcarse en favor de activos más seguros como los norteamericanos. La exposición es un hecho y todavía queda por ver los efectos que pueden llegar a tener en nuestro país las renegociaciones del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y las elecciones generales en Brasil a realizarse en el mes de octubre. Recordemos que nuestro vecino, también se vio afectado por la devaluación del peso argentino alcanzando estos días el precio del dólar un valor de 4.168 reales, una de las cotizaciones más altas desde el lanzamiento del Plan Real en 1994, desarrollado durante la gestión de Henrique Cardoso.
El Financial Times dedicó una extensa cobertura a la situación de nuestro país con varias notas y un gráfico un tanto irónico que explica la devaluación del peso argentino representada por el “Argentinosaurus”, asociándolo a la canción del músico Charly García. Frankfurter Allgemeine Zeitung, en Alemania, también tuvo como protagonista a nuestro país. La BBC calificó a la tasa de interés argentina como una de las más altas del mundo, casi rozando a la de Venezuela. El diario mexicano El Economista, indicó que el peso argentino se desplomó hasta las 40 unidades por dólar, entre otra cantidad de innumerables medios internacionales que apuntan la lupa ante nuestro país. Si bien uno de los objetivos de la administración Macri era reinsertar a nuestro país a nivel internacional, las miradas del mundo vuelven a apuntar hacia Argentina pero no de una manera positiva. La tormenta ya está desatada, pero se puede revertir. Solucionar el problema externo, requiere de varias pautas, pero como primer paso, de un acuerdo político para buscar soluciones económicas que permitan diseñar un nuevo plan integral monetario, cambiario y fiscal para detener la corrida.