Por Alejandro Álvarez Ramírez
El próximo 10 de diciembre se celebrará el 70 aniversario de la adopción en París de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Mediante la Resolución 217 A (III), se adoptó el primer marco de trabajo con reconocimiento internacional sobre los DDHH.
La naturaleza de la Declaración, hizo de ella un instrumento no vinculante para los Estados. A pesar de ello, académicos y expertos en Derecho Internacional han argumentado que, debido a la tradición que encarna y el impacto que ha tenido, la Declaración se ha convertido progresivamente en costumbre (una de las fuentes de Derecho Internacional) y por lo tanto en vinculante.
Los países americanos fueron más rápidos y audaces que los europeos en la preparación de un tratado sobre DDHH. En mayo de 1948, siete meses antes de la Declaración de la ONU, se firmó en Bogotá la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Sin embargo, el contexto histórico de los 50 años que precedieron a ambas Declaraciones, no favorecieron por igual a Europa que a Latinoamérica en la promoción de DDHH. Mientras que en la década de los 70 en Europa, académicos, organizaciones y la sociedad civil se volcaron rápidamente a los DDHH, gran parte de Latinoamérica se vio envuelta en una oleada de dictaduras militares.
El compromiso de Argentina con la Declaración Universal de Derechos Humanos reside en la ratificación de los dos Pactos que acompañaron a la Declaración, y que forman junto a ella la Carta de los Derechos Humanos. Argentina ratificó en 1986 el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Argentina es también, junto a otros Estados, uno de los que ha recogido en su Constitución la Declaración Universal de Derechos Humanos. En el artículo 75, punto 22, de la Constitución de la Nación Argentina (1994) se establece que, la Declaración Universal de los Derechos Humanos entre otras Declaraciones y Tratados, tiene jerarquía constitucional. Además, los derechos contenidos en ésta Declaración deben de ser reconocidos como complementarios y garantías para los ya establecidos en la Constitución.
El compromiso de Argentina persiste y al día de hoy lleva a cabo varias labores para promover la importancia de la septuagenaria Declaración. Entre las acciones propuestas por el Gobierno Argentino con motivo del aniversario se incluye el ciclo “7 en 70”, que rinde homenaje a nacionales comprometidos con la Declaración, y el programa “embajadores de la declaración”, propuesto por la ONU con el objetivo de involucrar a los jóvenes con la Declaración y fomentar su difusión.
Asimismo, Argentina ha preparado una amplia agenda de eventos para la conmemoración de la Declaración. El Gobierno Argentino también ha anunciado su esfuerzo por aumentar la presencia de los DDHH en los grados de formación universitaria. Ejemplo de su compromiso fue la inauguración en 2012 del Centro Internacional para la Promoción de Derechos Humanos en la capital, CIPDH en inglés. El centro fue instalado gracias a la colaboración de la UNESCO en la antigua Escuela Mecánica de la Armada, edificio conocido como centro de tortura y homicidio durante la dictadura.
En resumen, es innegable que Argentina se ha comprometido con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, si hacemos una lectura exhaustiva de su historia, veremos la cantidad de dificultades y retos que a los que el pueblo argentino ha tenido que enfrentarse en materia de DDHH. La visita de la Comisión Interamericana de DDHH en 1979 fue un hito en la historia de Argentina y dio inicio a la colaboración entre civiles y organizaciones para la defensa y promoción de DDHH. A pesar de que el desarrollo de los DDHH fue más bien tardío en comparación con otras sociedades del globo, Argentina ha sabido ponerse al día en materia de DDHH. No por ello debe de frenar sus labores de mejora y mantenimiento de DDHH. El Comité contra la Tortura, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y Comité contra las Desapariciones Forzadas, entre otros tantos, han mostrado varias preocupaciones/observaciones en sus últimos reportes. Esto es prueba de que alcanzar la total garantía de DDHH es un camino increíblemente difícil y que Argentina todavía tiene diversidad de retos a los que hacer frente.