Por Florencia Bonanno
El 11 de agosto pasado tuvieron lugar las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en Argentina. Sin competencia interna y con candidaturas previamente definidas, la fórmula del “Frente de Todos” conformada por Alberto Fernández y Cristina Fernández se impuso ante “Juntos por el Cambio”, coalición liderada por Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto por 15 puntos de diferencia. Los resultados pusieron en evidencia que la política argentina se sigue ordenando en torno al eje peronismo-no peronismo (Andrés Malamud, 2019) y que el efecto dominó hizo que los mercados internacionales reaccionaran de inmediato.
¿Las consecuencias? otro lunes negro más en la seguidilla de infortunios económicos que vienen azotando a nuestro país pero, esta vez, de cara a un resultado que procrastina quienes serán los posibles ganadores en las elecciones presidenciales de octubre. El dólar se alzó a $60 y el peso argentino alcanzó una depreciación acumulada del 19,91% (Agencia AFP, 2019). Además, según datos oficiales de Bloomberg Rating en la Bolsa de Wall Street los bonos argentinos mostraron caídas de alrededor de un 25%, mientras que las empresas argentinas lo hicieron en un 50%. Asimismo, la Bolsa de Buenos Aires se desplomó en un 31,44% los siguientes cinco días. Por otro lado, Fitch Ratings recortó la calificación de Argentina como emisor a largo plazo en tres niveles alcanzando el CCC y quedando nuestro país a la par de países como República del Congo y Zambia. La agencia calificadora de riesgo también agregó que el gran deterioro del entorno macroeconómico de la Argentina, aumentaría la probabilidad de un incumplimiento soberano y Standard & Poor's sostuvo que nuestro país tiene un perfil altamente vulnerable.
Asimismo, los diferentes medios internacionales ocuparon sus titulares con la situación Argentina. Por un lado, algunos diarios extranjeros formularon fuertes críticas respecto a los resultados de las PASO. The New York Times, sostuvo que (...) “La oposición argentina está lista para derrotar a Macri luego de grandes resultados tras las elecciones primarias” (...). En este sentido, el diario estadounidense planteó dudas acerca de una probable reelección del presidente argentino, apuntando además que los resultados electorales se debieron a la mala gestión económica por parte del actual gobierno. Por otra parte, también se abrió juego a otras posturas. The Wall Street Journal, resaltó en su análisis que luego de los resultados arrojados en la instancia previa a octubre, y ante una posible asunción al gobierno argentino de la izquierda, se podría reavivar aún más la volatilidad de la tercer economía más grande de América Latina. Una tercer postura, fue la del diario británico Reuters, el cual marcó la necesidad de realizar algunas reformas desde “Juntos por el Cambio” para tratar de apuntalar el apoyo necesario de los votantes en vistas de obtener la victoria nuevamente, antes de que sea más tarde.
Todo esto muestra que la economía argentina, caracterizada particularmente por ciclos de auge y recesión, se encuentra hoy atravesando nuevamente una gran crisis que tiene consecuencias internas pero también gran impacto en sus relaciones exteriores. Por un lado, está la deuda que nuestro país contrajo con el Fondo Monetario Internacional -FMI- durante abril de 2018, siendo el mayor préstamo de la historia solicitado a dicho organismo internacional. En este sentido, encontramos una primer incógnita relativa a cuál será la apuesta Fernández-Fernández ante una posible renegociación de la deuda y, segundo, se espera el anuncio de los resultados obtenidos producto de la llegada de los funcionarios de Washington, liderados por Roberto Cardarelli, en vistas de avanzar con la quinta revisión del acuerdo stand-by.
Asimismo, los resultados de las PASO tuvieron grandes repercusiones sobre Brasil. La Bolsa de Valores de San Pablo se desplomó en un 37,01% según el índice bursátil de Merval. Ante este hecho, el actual presidente Jair Bolsonaro, resaltó los peligros de que Argentina vuelva a caer en manos de lo que calificó como la “izquierdalla” (una mezcla de izquierda con canalla) y advirtió sobre las posibilidades de que nuestro país termine como Venezuela. Asimismo, amenazó con abandonar el MERCOSUR. Cabe recordar, la gran interdependencia existente entre las dos regiones, siendo que Argentina es el mayor importador del sector industrial brasileño y que, además, durante 2017 las relaciones comerciales ocasionaron un superávit comercial de 82000 millones de dólares para Brasil. En cambio, con la crisis de 2018 esta situación se redujo a 3900 millones de USD (Página 12, 2019).
Otro territorio que sintió los resultados argentinos fue Chile. Como consecuencia, las empresas nacionales con fuerte presencia en nuestro país registraron grandes pérdidas con un caída del 6% en la Bolsa de Comercio de Santiago de Chile (Diario El Público, 2019). De la misma forma, se espera que los resultados de octubre en Argentina influyan sobre las elecciones presidenciales 2021 chilenas, en donde el mandato de la derecha también estará en disputa.
En conclusión, podemos afirmar que este primer paso de cara a las elecciones presidenciales argentinas se hizo sentir en el mundo. Mientras tanto, el escenario internacional continúa especulando sobre la economía argentina y se pone en tela de juicio la continuación o no del giro neoliberal de la región de América Latina y el Caribe.
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