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Foto del escritorObservatorio de Política Exterior Argentina

Composición de la balanza comercial argentina en el 2020 y perspectivas en pandemia


Por Agustín Albini

La República Argentina finalizó el 2019 con un saldo comercial favorable de 15.990 millones de dólares, resultado de exportar por 65.115 millones de dólares e importar por 49.125 millones de dólares.

La administración de Alberto Fernández tenía por objetivo continuar por esta senda del superávit, cuestión que viene cumpliéndose. Sin embargo, la presencia de la Covid19 a nivel global provocó el establecimiento de medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) por parte del gobierno argentino. Tal suceso determinó que sólo continuasen funcionando aquellos sectores considerados esenciales para la economía, lo que produjo una retracción de la actividad.

En este orden de cosas, si bien el superávit comercial continúa, se redujo, a comparación del año 2019. En el período enero-septiembre de 2020, se registraron exportaciones por US$ 41.940 millones, un 12,6% (6.019 millones de dólares) menos que para el mismo período en 2019. Por su parte, las importaciones representaron US$ 30.378 millones, y cayeron un 21,0% (-8.084 millones de dólares) interanual (INDEC, 2020). En el desagregado de las exportaciones, las mismas registraron una caída desde comienzos de año, aunque esta se profundizó notablemente con el comienzo de la pandemia, pasando de una caída interanual en febrero de 2020 por un 2,8% a un 15,7% en marzo. Las manufacturas de origen industrial (MOI) descendieron 31,5% (-4.404 millones de dólares), destacándose especialmente el material de transporte (entre ellos los vehículos automotores y autopartes) al caer un 46,2% interanual. Las exportaciones de combustibles y energía, por su parte, cayeron un 24,9% (-802 millones de dólares), especialmente en lo que refiere a carburantes, petróleo crudo y gas de petróleo, entre otros. Las manufacturas de origen agropecuario (MOA) sufrieron una caída menor en términos relativos, un 8,4%, pero mayor en términos absolutos, 1.488 millones de dólares, debido a la reducción en las ventas de soja y sus derivados por 682 millones de dólares. Sin embargo, existió un incremento en la venta de productos lácteos. Por último, el sector de productos primarios registró un alza de 5,2% o US$ 674 millones, por mayor venta de maíz en grano y maníes sin cáscaras (INDEC, 2020).

En el caso de las importaciones, se observó una reducción del volumen en todos los sectores. Resulta interesante observar que la caída en las importaciones ocurrió desde enero de 2020, correspondiendo en tal caso a la devaluación del peso argentino y no al inicio de la pandemia en Argentina. La caída mensual medida de forma interanual varió entre el 16,1% (enero 2020) y el 31,8% (mayo 2020), teniendo un acumulado de 21%, como se mencionase previamente.

Respecto a la división por grandes usos que realiza el INDEC respecto a las importaciones, como se mencionó previamente se observó una caída en todos los sectores. Los bienes de capital cayeron un 21,8% (-1.417 millones de dólares), aunque se incrementó la importación de computadoras y teléfonos, dado el mayor requerimiento de estos artefactos por el aumento en la modalidad de teletrabajo. Los bienes intermedios disminuyeron 9,6% (-1.284 millones de dólares), por las menores compras de suministros industriales elaborados, mientras que subieron las de alimentos y bebidas básicos, especialmente para el sector industrial (los porotos de soja excluido para siembra). Por su parte, disminuyeron 39,5% los combustibles y lubricantes, por menores compras de diferentes combustibles, algunos de ellos el gasoil y los querosenos. Las piezas y accesorios para bienes de capital disminuyeron 34,2% (-2.700 millones de dólares), siendo especialmente afectado el rubro autopartes. Respecto a bienes de consumo y vehículos automotores de pasajeros, también registraron bajas de 7,8% y 45,3%, respectivamente (INDEC 2020).

Por otro lado, a la hora de analizar el comercio bilateral con los principales socios, también se puede observar en algunos casos una retracción, tanto de las exportaciones como importaciones. Es el caso de Brasil, China, Estados Unidos, Chile y Alemania. En todos estos vínculos, excepto con Chile, la balanza es deficitaria. Cabe resaltar también el caso brasileño, el único en el cual la caída de las exportaciones supera al de las importaciones. Su importancia se debe a que es uno de los principales receptores de las MOI que produce argentina. Sin embargo, existen casos disímiles. Existe un incremento en el intercambio con Vietnam, en mayor medida de las importaciones. En el vínculo con la India, también aumentó el comercio, aunque ocurre lo contrario, al producirse un alza mayor en las ventas que en las compras. Por último, con Paraguay se redujeron las ventas y se incrementaron las importaciones, diferenciándose del resto, explicado por una mayor importación del poroto de soja sin procesar, que es tratado en la industria argentina y reexportado (INDEC, 2020). Se destaca el aumento del comercio con los socios no tradicionales, en especial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la India, el Magreb y Egipto.

Los principales productos de exportación continúan estando altamente concentrados. La harina y pellets de la extracción de aceite de soja y el maíz en grano, los dos primeros ítems en el escalafón de exportaciones, suman 11.122 millones de dólares. Si se le agrega el tercero, aceite de soja en bruto, totalizan 13.928 millones de dólares, representando entre los tres el 33,2% de las exportaciones argentinas. Sumando los vehículos para transportes de mercancías y el oro para uso no monetario, cuarto y quinto en la lista respectivamente, los primeros 5 productos en importancia significaron US$ 16.704 millones en los primeros 9 meses de 2020, 39,8% del total de las exportaciones (INDEC, 2020).

A modo de conclusión, se observa como desafío la diversificación e incremento de la canasta exportadora. En un contexto dificultoso y con la atención puesta primordialmente en el ámbito interno, al gobierno de Fernández se le ha dificultado tomar medidas claras a este fin. Además, se destaca un fuerte retroceso en las ventas de manufacturas de origen industrial, principal fuente de valor agregado de las exportaciones argentinas, y la profundización de la dependencia del complejo agroexportador como generador de divisas. En una coyuntura con una alta deuda externa, caída en las reservas y dificultad para liquidar divisas, las exportaciones de bienes resultan una fuente de ingresos más importante que nunca. Apuntar a continuar profundizando el comercio con los socios no tradicionales, con los que existe un superávit en la balanza comercial, debería ser el principal objetivo del gobierno actual.

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