Por Oriana Cherini
En el análisis de los contextos socioeconómicos de los Estados y su desarrollo, muchasveces es inevitable encontrar estudios como el “El mito agrario” de Federico Bernal (2010). Se puede decir que el objetivo de dicho escrito, en términos sintéticos, es comparar los sistemas productivos y la inserción en el sistema internacional del siglo XX de Argentina, Canadá y Australia, para ver cómo evolucionaron y tratar de entender los factores que llevaron a las diferencias actuales entre estos actores. Ahora bien, mas allá del análisis de los factores domésticos y de las políticas exteriores de cada Estado, es interesante analizar la vinculación de dos países cuyas economías y estructuras productivas poseían características similares a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, pero que adquirieron matices diferentes posteriormente.
Las relaciones argentino-australianas de las últimas décadas se han caracterizado por la cooperación internacional. Según Barbé, la relación de cooperación tiene consecuencias políticas para los implicados como la creación de mecanismos de coordinación y consulta; y prolifera por razones objetivas, pero también, por razones subjetivas (percepción derivada del sentimiento de deber moral y , de valores compartidos) (Barbé, 2007). Asimismo, según Attinà: “(…) la cooperación, como categoría de las relaciones políticas internacionales, es la forma de relación entre los gobiernos que supera el simple nivel de la colaboración técnico administrativa (…)”(Attinà, 1983:84). Es decir, que la cooperación tiene su razón de ser, según esta línea de pensamiento, en la lógica que indica que cooperar es el mejor modo de alcanzar los objetivos delos actores intervinientes, antes que obrar de manera aislada.
En primer lugar, la vinculación entre Estados, se puede clasificar en cooperación bilateral y
multilateral (Barbé, 2007). En cuanto a Argentina y Australia, la cooperación multilateral, se
observa en: G-20, ONU, Grupo Cairns, Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), Tratado Antártico y Comisión Ballenera Internacional (CBI).Asimismo, a un nivel más regional, los países se vinculan a través de: el diálogo CER-
MERCOSUR, que vincula a Nueva Zelanda y Australia con los Estados del MERCOSUR desde 1996; y el Consejo para las Relaciones entre Australia y América Latina (COALAR) desde el 2001 (Embajada de Australia en Argentina).
En cuanto a la cooperación bilateral, desde la visita del representante del COALAR, Bernard Wheelahan a Argentina, a principios del siglo XXI, los objetivos de la agenda bilateral fueron: comercio, desarrollo ambiental, inversiones y diálogo político (Embajada de Australia en Argentina). Con el paso de los años, la vinculación bilateral se diversificó integrando, también, los siguientes temas: coordinar la agenda comercial para analizar la vinculación con los mercados asiáticos (Cancillería, 2016); intercambios técnicos en materia agroindustrial, forestal y pesquera; y negociar un memorándum de entendimiento para las carteras agropecuarias entre ambos (Página Web de la Casa Rosada). La lógica de coordinar la agenda comercial deviene de que ambos Estados son, en términos generales, exportadores de productos primarios. Sin embargo, debido a que las distancias entre ambos países son relevantes, sus mercados de exportación solían variar y, por tal motivo, no se producía una competencia entre ambos. De este modo, tradicionalmente, Australia exportaba principalmente a Asia y en particular a China; y Argentina a América Latina, especialmente al MERCOSUR (Embajada de Australia en Argentina). Sin embargo, es importante recordar el cambio en la dinámica del mercado mundial de los últimos años y los recientes aumentos de exportaciones argentinas al mercado asiático, que podrían modificar esta mirada.
Asimismo, en el año 2017, la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Julie Bishop,
visitó Argentina, convirtiendo este acontecimiento en la segunda visita de un canciller australiano a la Argentina en el siglo XXI desde 2001 (Cancillería). En conjunto con el canciller Jorge Faurie, coincidieron en cooperar en materia política, económica, agricultura, minería, educación y energía nuclear, entre otras. También se suscribió un Memorándum de Entendimiento entre el Ministerio de Educación y Deportes de la Argentina y el Departamento de Educación y Formación de Australia sobre cooperación en el campo de la educación, la investigación y la formación técnico-profesional.
En cuanto a las relaciones de cooperación a través de las áreas temática, según Barbé (2007), tales relaciones pueden ser de cooperación económica, política y técnica, aunque es interesante recalcar que cada trabajo de cooperación no necesariamente se clasifica en una única área temática (político, económico y/o técnico), sino que integra elementos de cada uno de ellos en varias ocasiones.
En resumidas cuentas, Argentina y Australia nacieron históricamente como Estados con similitudes en sus recursos naturales y condiciones de desarrollo, pero con políticas económicas que derivaron en dos Estados con características económicas y productivas propias. A pesar de esto, la posibilidad de que las exportaciones entre ambos países en las ultimas décadas fueran competitivas entre sí era baja, debido a los distintos mercados de exportaciones que poseía cada uno, lejanos geográficamente entre sí. Sin embargo, el aumento de las exportaciones argentinas a Asia, especialmente a China en los últimos años, podría modificar seriamente ese panorama, convirtiéndose en vendedores competitivos en algunos productos. Esto evidencia la necesidad de continuar elaborando encuentros y líneas de cooperación, no solamente en la agenda comercial sino también en las temáticas que fueron identificadas como agenda: agroindustria, minería, energía nuclear, educación, etc.
El mito agrario de Federico Bernal trató de explicar que el modelo agroexportador no fue el
responsable de las diferencias actuales entre Argentina y Australia, sino las decisiones políticas y económicas que tomaron sus dirigencias políticas, entre otras variables. Actualmente, esta conclusión sirve de fundamento para fomentar las relaciones de cooperación entre ambos países: para llegar al logro de objetivos comunes y evitar los posibles conflictos comerciales, se debe fomentar el trabajo en conjunto en determinadas áreas estratégicas. Las famosas potencias agrarias del siglo XIX, aunque distintas actualmente, poseen características comunes que indican la necesidad de la cooperación para evitar el continuum conflicto/cooperación sobre el que versan las relaciones internacionales de los últimos tiempos (Barbé, 2007).
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