Por Natalia Razovich
El desarrollo económico “es un proceso de transformación de la economía y la sociedad fundado en la acumulación de capital, conocimientos, tecnología, capacidad de gestión y organización de recursos, educación y capacidades de la fuerza de trabajo, y de estabilidad y permeabilidad de las instituciones, dentro de las cuales la sociedad resuelve sus conflictos y moviliza su potencial de recursos” (Ferrer, 2007: 432).
En tal sentido, constituye una construcción social por parte de los actores de un país. Todo modelo de desarrollo implica “una estrategia de articulación entre la política y la economía, entre el Estado y el mercado, lo público y lo privado en un contexto histórico determinado en búsqueda de la transformación de las estructuras productiva y social, y de la inserción internacional del país” (Actis, Lorenzini y Zelicovich, 2016: 15).
El desarrollo fue una constante del pensamiento del cepalino, con un anclaje industrialista de transformación productiva se sostenía que el crecimiento económico indefectiblemente conducía al progreso. Svampa (2017: 56) resalta que, a partir de los años 2000 las economías latinoamericanas se vieron beneficiadas por un contexto de aumento de los precios y de la demanda de materias primas motorizado por la emergencia de China, al cual denomina “Consenso de las Commodities”, que permitió activar nuevamente las expectativas en torno a una visión productivista clásica de desarrollo. Sin embargo, dicha visión terminó siendo desplazada por el paradigma exctractivista del desarrollo que se tradujo en un claro proceso de desindustrialización y reprimarización de la economía. Como sostiene Gudynas (2012: 130) las exportaciones y las inversiones en recursos naturales tienen un papel más destacado debido a la expansión del “extractivismo” que incluye actividades como la explotación minera o petrolera, o los monocultivos intensivos.
El modelo extractivista fue uno de los puntos ciegos del progresismo en pos del anhelado crecimiento económico. Incluso la Cepal concedió su aceptación en lo que parecía ser una oportunidad histórica para la región y su desarrollo. No obstante, las últimas declaraciones de la secretaria de CEPAL, Alicia Bárcena, máxima autoridad del organismo, acerca de que todas las estrategias de desarrollo implementadas en la región están agotadas y además fracasaron debiera convertirse en un llamado de atención y reflexión en torno a alternativas de desarrollo o al desarrollo (Gudynas, 15/02/2020).
Al momento de asumir, Alebrto Fernández proclamó una Argentina con una visión de Proyecto Nacional de Desarrollo, en la cual la agroindustria, la industria manufacturera, los servicios basados en conocimiento, las PyMEs, las economías regionales y el conjunto de actividades productivas, sean capaces de agregar valor a nuestras materias primas para exportarlas y potenciar un robusto mercado interno. Se refirió a la transformación de la estructura productiva con políticas activas que den cuenta del cambio tecnológico, de la inter-relación entre industrias, recursos naturales y servicios. A su vez, enfatizó desarrollar una política ambiental activa, que promueva una transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, de consumo responsable y de valoración de los bienes naturales.
Del mismo modo, en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias 2020. El presidente resaltó la necesidad de un programa de desarrollo integral para la próxima década que tenga presente los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Sin embargo, la sostenibilidad no necesariamente implica sustentabilidad. Tal como observa Patricio Eleiseguei (02/03/2020) a la vez que se propugnaba un modelo de desarrollo orientado al fomento exportador y a la industrialización de base nacional que deje de lado el exctractivismo se afirmaba que los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo y se comunicaba el envío de un proyecto de Ley para el desarrollo del sector hidrocarburífero y minero que promueva y estimule la inversión nacional e internacional en el sector y facilite el desarrollo de la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios que nos permita crear cientos de miles de empleos directos e indirectos en los próximos años.
Los llamados al respeto a los estándares ambientales constituyen un ejemplo de lo que Svampa (2017: 62) denomina desarrollo sustentable en sentido débil por el cual el uso de tecnologías, la responsabilidad social empresaria y la gobernanza conforman las ficciones operativas que justifican el neoextractivismo. No obstante, y más allá de las contradicciones discursivas, no dejan de ser destacables los anuncios en pos de atender el cambio climático, y aun modelo de desarrollo sostenible y la reafirmación del compromiso con el Acuerdo de Paris. Después de todo, Fernández declaró promoviendo el desarrollo integral y sostenible mediante una transición justa. Una transición justa refiere a la paradoja que implica el crecimiento con el modelo de desarrollo imperante.
El contexto socioeconómico interno y la urgencia de la deuda nuevamente ponen a la Argentina frente a la necesidad de optar por el camino más directo al crecimiento, continuar con el modelo exctractivista y aumentar las exportaciones para recibir divisas. No obstante, también es necesario contemplar el rol de una ciudadanía activa y movilizada por la defensa de los recursos naturales y de un contexto de incertidumbre a nivel mundial y de pandemias que contagian a los mercados, con lo cual puede ser probable que el modelo deba reestructurarse al andar. Quizás el riesgo de la bonanza no sea tan amplio, quizás la oportunidad histórica esta vez sea para “la política industrial del siglo XXI”. Hoy en día, por ejemplo, las expectativas hacia el proyecto extractivo de Vaca Muerta, se vuelven inviables ante la caída de los precios del petróleo a raíz de una fractura en la OPEP entre Rusia y Arabia Saudita.
REFERENCIAS :
Actis, Esteban; Lorenzini, Ma. Elena; Zelicovich, Julieta (2016). Modelo de desarrollo y estrategia de inserción: claves para la interpretación de su relación. En Modelos de desarrollo e inserción internacional: aportes para el análisis de la política exterior argentina desde la redemocratización 1983-2011. Busso, A (comp). UNR.
Clarín. Traspaso de mando. La asunción de Alberto Fernández: el discurso completo del nuevo Presidente. Disponible en: https://www.clarin.com/politica/asuncion-alberto-fernandez-discurso-completo-nuevo-presidente_0_fxJxjVYE.html
Ferrer, Aldo (2007). Globalización, desarrollo y densidad nacional. En: Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización. Homenaje a Celso Furtado. Vidal, Gregorio; Guillén R., Arturo. (comp). Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/vidal_guillen/25Ferrer.pdf
Gudynas, Eduardo. (2012). Estado compensador y nuevos extractivismos. Las ambivalencias del progresismo sudamericano. Nueva Sociedad. Disponible en: https://nuso.org/articulo/estado-compensador-y-nuevos-extractivismos-las-ambivalencias-del-progresismo-sudamericano/
Gudynas, Eduardo. El agotamiento del desarrollo, la confesión de la CEPAL. Disponible en: https://rebelion.org/el-agotamiento-del-desarrollo-la-confesion-de-la-cepal/
Página 12. Apertura de sesiones ordinarias 2020: el discurso completo de Alberto Fernández. Disponible en: https://www.pagina12.com.ar/250357-apertura-de-sesiones-ordinarias-2020-el-discurso-completo-de
Patricio Eleisegui. Alberto contra la biodiversidad: promoverá actividad petrolera en el mar, megaminería y no cambiará el modelo agrotóxico. Disponible en: https://economiasustentable.com/noticias/alberto-contra-la-biodiversidad-promovera-actividad-petrolera-en-el-mar-megamineria-y-no-cambiara-el-modelo-agrotoxico
Svampa, Maristella. Del cambio de época al fin de ciclo. Gobiernos progresistas, extractivismos y movimientos sociales en América Latina. Buenos Aires. Edhasa.
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