Por Agustín Albini
Las relaciones argentino-brasileñas están caracterizadas por ser de larga data y atravesar fases de conflicto y conciliación.1 Asimismo, son socios comerciales altamente relevantes entre sí y fueron los principales impulsores y motores del Mercado Común del Sur (Mercosur), cuyos antecedentes principales son la declaración de Foz do Iguazu en 1985 entre Raúl Alfonsín y José Sarney, y la firma del Programa de Integración y Cooperación entre Argentina y Brasil (PICAB) en 1988.
En tal sentido, la asunción de un nuevo mandatario en Brasil se observa con suma atención en la República Argentina, y el caso de Jair Bolsonaro no fue la excepción. Siguiendo a Bonanno, el triunfo de este candidato por el Partido Liberal Social con el 55,21% de los votos, abría la incógnita de cuál iba a ser el rol protagonizado por Argentina en la política exterior brasileña, especialmente luego de las declaraciones del ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, quien afirmó que no iban a representar una prioridad ni Argentina ni el Mercosur. Esto tuvo su correlato en el establecimiento de la primer visita protocolar: tradicionalmente el destino de la misma es Argentina, pero Jair Bolsonaro decidió elegir en su lugar a Chile.
En esta columna se analiza las noticias más importantes del vínculo bilateral durante el año 2019. Para tal fin, se utilizan como fuente de información los informes escritos en el marco del Observatorio de Política Exterior Argentina, informes que se redactan semanalmente y aúnan todas las noticias de política exterior argentina presentes en los periódicos Clarín, La Nación y Página/12, así como los boletines del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
La relación entre ambos países en 2019 se inició con dos hechos significativos. En primer lugar, un estudio de la consultora Ecolatina, presentado a comienzos de febrero del corriente año, arrojó que durante enero de 2019 la balanza comercial se había tornado superavitaria para Argentina en 114 millones de dólares, situación que no acontecía desde 2003. La causa que lo origina es una fuerte caída en el volumen de las importaciones y una leve suba en las exportaciones.2 Por otro lado, ambos países forman parte del Grupo de Lima, un grupo de países de la región que instan a la renuncia o salida de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y al reconocimiento como mandatario interino de Juan Guaidó.3
Para fines de febrero, Brasil suspendió por tiempo indeterminado la importación de peras, membrillos y manzanas, argumentando que se había detectado la presencia de la plaga carpocapsa.4 Sin embargo, Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, afirmó que correspondió a una “decisión política de Brasil de proteger a sus propios productores”. Esto llevó a la Secretaría de Fruticultura de la Nación y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) a negociar el reingreso de estos productos al mercado brasileño 5, situación que se normalizó a mediados de marzo.6
A comienzos de abril, se produjo la primer visita diplomática. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Henrique Fraga Araújo, viajó a Argentina, y durante su estadía mantuvo un encuentro con el presidente Mauricio Macri. Durante la visita, los funcionarios discutieron una posible visita del presidente Bolsonaro, así como la baja de aranceles en productos extra Mercosur en bienes de capitales.7Luego de este encuentro, la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, visitó Brasil, donde fue recibida por el canciller Araújo y la primera dama Michelle Bolsonaro. A fines de abril, se produjo una nueva reunión entre funcionarios argentinos, en este caso entre el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el embajador argentino en Brasil, Claudio Gutiérrez, y el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes. En la misma, se realizaron esfuerzos para coordinar y combinar cuestiones bilaterales, destinados a allanar la concreción de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.9
En este orden de cosas y en vistas a las próximas elecciones presidenciales argentinas, hubo diversos pronunciamientos en el Estado brasileño. El expresidente Luiz Inácio Da Silva expresó su apoyo a la candidatura de Alberto Fernández y Cristina Fernández10, en tanto que el mandatario en funciones, así como diputados tal como Eduardo Bolsonaro, respaldaron la postulación de Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto.11
Finalmente, el 06 de junio de 2019, se produjo la visita de alto nivel de Jair Bolsonaro a la República Argentina, acompañado de una gran comitiva. Durante su corta estadía, se reunió con su par Macri, debatiendo especialmente cuestiones sobre el acuerdo Mercosur - Unión Europea y expresando el sostenimiento de visiones compartidas. En este sentido, el diputado Eduardo Bolsonaro, parte de la comitiva que acompañó al mandatario, afirmó que se produjeron mayores avances en la relación bilateral durante este corto período que durante los llamados gobiernos del giro a la izquierda, es decir, durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, y de Luiz Inácio Da Silva y Dilma Rousseff en Brasil. Asimismo, el ministro de Hacienda Dujovne afirmó la posibilidad de la creación de una moneda conjunta entre ambos países. Sin embargo, ante la desmentida por parte del Banco Central de Brasil de un posible proyecto, Dujovne rectificó sus dichos, sosteniendo que es una posibilidad de largo plazo.12
En la misma línea, el gobierno argentino y brasileño, en julio del corriente año, confirmaron y celebraron la firma de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, producto de numerosas negociaciones bilaterales y diversos esfuerzos por acordar en diferentes temas. Sin embargo, al respecto, se han proclamado distintos cuestionamientos, que provienen desde jefes de Estado como Emmanuel Macron en Francia, hasta organizaciones no gubernamentales. Asimismo, es importante destacar que se trata de un acuerdo marco y que resta terminar de reglamentarlo, así como es necesaria la ratificación por parte de los Congresos de los países Parte del tratado, lo que podría demorar su aplicación.13
En conclusión, la retórica bolsonarista de desdeño o desatención hacia el Mercosur, en general, y hacia Argentina, en particular, ha ido perdiendo impacto, en la medida en que fueron creciendo los trabajos conjuntos, en un contexto de tensión global, especialmente a partir de la disputa entre Estados Unidos y China, hoy los principales socios no latinoamericanos de Argentina y Brasil. El Mercosur ha sido revitalizado, especialmente a partir de la firma del acuerdo con la Unión Europea, y esto no hubiese sido posible sin el acercamiento y la labor conjunta de Argentina y Brasil, sus principales impulsores. En este sentido, es decisiva la gestión de Macri para acercarse a Bolsonaro y flexibilizar posturas que previamente se observaban más férreas en la negociación. Sin embargo, aún se desconoce la totalidad del posible impacto del acuerdo entre el Mercosur y la UE, en parte, por la falta de reglamentación del mismo, y, en parte, por la falta de información provista por los gobiernos latinoamericanos.
A 8 meses de la asunción de Bolsonaro, las perspectivas ciertamente han cambiado, especialmente luego de los últimos acontecimientos. Se observa una sintonía ideológica entre ambos presidentes aunque con matices. Bolsonaro continúa sosteniendo una retórica mucho más dura respecto a la oposición política, con una retórica del peligro “comunista” o “rojo” y reclamos de minorías como la comunidad LGBT, e incluso, defendiendo la dictadura en su país. Macri, si bien comparte con Bolsonaro su oposición a la izquierda latinoamericana, no ha llegado a calificarla de comunista, ni ha defendido a los procesos dictatoriales. Será cuestión de observar si la relación continúa por la senda del acercamiento y de la balanza comercial superavitaria o si, esta situación vira nuevamente en un desinterés brasileño y en un comercio deficitario. Los resultados del proceso electoral serán claves para la relación bilateral, en términos de la síntonía o asintonía ideológica pero, también, en el contexto de una relación históricamente relevante desde la vuelta de la democracia.
Notas:
1 Profundizar en ”Bolsonaro: una incógnita para el futuro de las relaciones bilaterales con Argentina” de Florencia Bonanno, 13 de noviembre de 2018. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/single-post/2018/11/13/Bolsonaro-una-inc%C3%B3gnita-para-el-futuro-de-las-relaciones-bilaterales-con-Argentina
2 Informe OPEA 504, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
3 Informe OPEA 504, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
4 Informe OPEA 507, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
5 Informe OPEA 508, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
6 Informe OPEA 510, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
7 Informe OPEA 513 y 514, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
8 Informe OPEA 514, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
9 Informe OPEA 516, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
10 Informe OPEA 516, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
11 Informe OPEA 517 y 523, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
12 Informe OPEA 522, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
13 Informe OPEA 525 y 526, consultado en julio de 2019. Recuperado de: https://www.opeargentina.org/
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